Cáncer de Riñón
Cáncer que se forma en tejidos de los riñones. El cáncer de riñón comprende el carcinoma de células renales (cáncer que se forma en el recubrimiento de tubos muy pequeños del riñón que filtran la sangre y eliminan los productos de desperdicio) y el carcinoma de la pelvis renal (cáncer que se forma en el centro del riñón donde se acumula la orina). También comprende el tumor de Wilms, que es un tipo de cáncer de riñón que suele desarrollarse en niños menores de 5 años de edad.
El cáncer de riñón, también llamado hipernefroma, puede curarse con una operación quirúrgica cuando está localizado. Sin embargo cuando el tumor se ha extendido a otros lugares (metástasis), el pronóstico en general es muy desfavorable, aunque un pequeño porcentaje de pacientes pueden tener una lenta evolución durante varios años. El cáncer de riñón es uno de los pocos tumores, en los que se han descrito, de forma excepcional, regresiones espontáneas. Una vez que se ha diagnosticado el cáncer, se hacen pruebas para determinar si el cáncer se ha diseminado fuera del riñón a otras partes del cuerpo y poder planificar el tratamiento más adecuado. El cáncer renal se clasifica en varios estadios en función de la extensión local del tumor, de su extensión regional (número y tamaño de los ganglios linfáticos cercanos al riñón) y de su extensión a distancia o metástasis. En función de estos parámetros el tumor se clasifica en varios estadios que se utilizan para establecer el pronóstico y el tipo de tratamiento que es necesario. El tratamiento quirúrgico puede curar a más del 50% de los pacientes con enfermedad en estadio I, mientras que las terapias obtienen resultados muy pobres en el estadio IV. Estadio I:
El cáncer está limitado en riñón y mide menos de 7 cm.
Estadio II:
El cáncer está limitado en riñón y mide más de 7 cm.
Estadio III:
El cáncer invade a los ganglios cerca del riñón, o invade las estructuras que se hallan alrededor del riñón (glándula suprarrenal, grandes vasos sanguíneos adyacentes).
Estadio IV:
El cáncer invade a varios ganglios estén cerca o no del riñón, y están afectados órganos lejanos.
En esta situación, se suelen utilizar otras clasificaciones que intentan proporcionar información acerca del pronóstico (como la clasificación de Motzer), distinguiendo tres grupos: mal, intermedio y buen pronóstico. El cáncer de riñón en niños
El cáncer en los niños es muy poco frecuente.
En esta población el tumor de riñón se debe a alteraciones de los genes y se denomina Tumor de Wilms. Afortunadamente la mayoría de estos niños se pueden curar, con tratamientos multidisciplinarios y en centros especializados. En ocasiones (uno de cada diez niños) se asocian a malformaciones genéticas o retraso mental. Hay otros tipos de tumores renales en niños, diferente al tumor de Wilms, cuya incidencia es afortunadamente muy baja (tumores de células claras, tumores rabdoides, tumores neuroepiteliales y el nefroblastoma quístico). Elección del tratamiento
En la actualidad, se dispone de varios tipos de tratamiento para los pacientes con cáncer de riñón:
De todos ellos, solo la cirugía puede considerarse un tratamiento estandar para tumores localizados en los que es posible la curación de la enfermedad en más del 50% de los casos. El resto de tratamientos deben considerarse en el contexto de tratamientos paliativos o experimentales y deben estar sometidos a ensayos clínicos en pacientes con enfermedad locorregional y/o con metástasis a distancia.
Los pacientes con tumores localmente avanzados y/o metastásicos deberian, a ser posible, participar en ensayos clínicos. Cáncer de células renales en estadio I
El tratamiento del cáncer de células renales en estadio I puede incluir los siguientes procedimientos:
Cáncer de células renales en estadio II
El tratamiento para el cáncer de células renales en estadio II puede incluir los siguientes procedimientos:
Cáncer de células renales en estadio III
El tratamiento contra el cáncer de células renales en estadio III puede incluir los siguientes procedimientos:
Cáncer de células renales en estadio IV y recidivante
El tratamiento para el cáncer de células renales en estadio IV y recidivante puede incluir los siguientes procedimientos:
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Cirugía
La resección quirúrgica es el tratamiento más utilizado en esta enfermedad.
El cáncer de riñón puede curarse con una operación cuando está localizado (estadio I). En estadios avanzados la cirugía puede ayudar a paliar los síntomas provocados por el tumor y en algunos pacientes con poca enfermedad metastásica se puede obtener mayor supervivencia si se realiza exéresis del tumor y de las metástasis En la operación puede que se extirpe solo el riñón (nefrectomía simple) o que sea necesario extirpar los tejidos adyacentes (nefrectomía radical, que incluye el riñón, la glándula suprarrenal y los ganglios linfáticos). Se puede vivir con un solo riñón funcionante sin problemas importantes. Si el tumor está localizado pero no se puede operar, se puede intentar paliar los síntomas que ocasiona mediante radioterapia o mediante la obstrucción selectiva de los vasos sanguíneos que lo sustentan (embolización). Quimioterapia
La quimioterapia es un tratamiento de fármacos para eliminar las células tumorales. Los tumores del riñón son, generalmente, resistentes a los tratamientos de quimioterapia. En el momento actual, suelen usarse en situaciones donde existe un componente tumoral en forma de sarcoma.
La quimioterapia se considera un tratamiento sistémico ya que el medicamento es introducido al torrente sanguíneo, viaja a través del cuerpo y puede eliminar las células cancerosas que estén fuera del riñón. Radioterapia
La radioterapia es un tratamiento que se utiliza para eliminar células tumorales y disminuir el tamaño del tumor
En pacientes inoperables la radioterapia puede ayudar a paliar los síntomas producidos por el tumor primario o por las metástasis (por ejemplo, dolor por afectación ósea o de nervios). Planificación del tratamiento con RT:
Antes de empezar con el tratamiento propiamente dicho, es preciso realizar una planificación o simulación del mismo. Su finalidad es determinar una serie de parámetros que variarán dependiendo del tipo, de la localización y de la extensión del tumor, así como de las características anatómicas de cada enfermo.
Durante todo el tratamiento, el paciente ha de permanecer inmóvil y mantener la misma postura. Es frecuente, que próximo a la zona del tumor se encuentren determinadas estructuras importantes como el riñon contralateral, el hígado, el bazo, el estomago, la medula espinal, entre otros. Para administrar la radiación con una precisión elevada y evitar que los tejidos sanos que rodean al tumor reciban más dosis de la tolerada, se utilizan sistemas de inmovilización muy precisos para que permitan la administración de la radiación con gran exactitud. Habitualmente, para realizar el cálculo de la dosis que va a recibir tanto el tumor como los tejidos sanos de alrededor del mismo, es necesario realizar una tomografía de localización, cuyas imágenes se introducen en la computadora, donde se determina el volumen de tratamiento. Antes de la realización de la tomografía se determina el sistema de inmovilización más adecuado para cada paciente según la técnica que se vaya a aplicar. Una vez realizada la planificación, estos sistemas de fijación permiten su reproducción diaria en la sala de tratamiento. ¿Dónde se realiza el tratamiento con radioterapia?
Las habitaciones donde se realizan los tratamientos de radioterapia externa se llaman salas de radioterapia o búnkeres. Estas habitaciones poseen paredes de hormigón con un gran espesor que proporcionan un aislamiento perfecto impidiendo que la radiación salga fuera de ellas.
Mientras dura la sesión de tratamiento el paciente estará solo en el interior de la sala, pero vigilado por el personal especializado a través de un circuito de televisión y un interfono. ¿Por qué es necesario acudir todos los días?
Si se administrara toda la dosis de radiación en una única sesión se producirían daños muy serios en los tejidos. Para minimizar estos efectos secundarios, la dosis total de radiación se fracciona, repartiéndose en un número determinado de sesiones y días. El fraccionamiento estándar consiste en administrar una sesión al día durante cinco días a la semana descansando dos, generalmente sábados y domingos. Para su administración no es necesario estar ingresado, puede acudir al hospital para el tratamiento y una vez finalizado volver a su casa. ¿Cuánto dura el tratamiento?
El tratamiento de radioterapia suele durar entre dos y siete semanas, dependiendo de la dosis que se administre y del número total de sesiones.
Diariamente, cada sesión dura sólo unos minutos (quince aproximadamente). El tiempo real de irradiación dura unos segundos. Una vez finalizado el tratamiento diario, puede estar en contacto con otras personas, ya que no emite ningún tipo de radiactividad. Sus relaciones sociales, laborales y familiares no tienen por qué verse afectadas mientras dure el tratamiento. Efectos secundarios:
La radioterapia, al mismo tiempo que elimina células enfermas, puede afectar a los tejidos sanos cercanos al área de tratamiento y como consecuencia aparecen efectos secundarios en la zona que ha recibido el tratamiento.
Estos efectos son difíciles de prever con exactitud, ya que dependen de múltiples factores como la zona del organismo donde se realiza el tratamiento, la dosis, el fraccionamiento y la susceptibilidad individual de cada persona. En algunos casos se producen efectos mínimos, mientras que en otros son más serios y es necesario administrar tratamiento médico para su control.. |