Linfoma primario del sistema nervioso central: Su localización más frecuente es en los hemisferios del cerebro. Son tumores del sistema linfático, que forma parte del sistema inmunológico del organismo, por lo que suelen aparecer en pacientes inmunodeprimidos (pacientes sometidos a trasplante de órganos o con SIDA).
Adenomas de la glándula pituitaria: La glándula pituitaria produce una serie de hormonas que se encargan de controlar la producción hormonal de las otras glándulas del cuerpo.
Los adenomas pituitarios son tumores benignos, de crecimiento lento y suponen el 8% de todos los tumores primarios del SNC.
Estos tumores se clasifican en tumores secretores y no secretores en función de su capacidad para segregar o no segregar una determinada hormona.
Elección del tratamiento
El especialista recomendará y explicará las posibilidades de tratamiento más adecuadas en cada caso, para que una vez que el paciente haya recibido la suficiente información pueda, junto con el médico, tomar una decisión..
El tratamiento de los tumores del SNC, como ocurre en la mayoría de los cánceres, es multidisciplinar. Distintas especialidades trabajan juntas para combinar terapias y ofrecer al paciente las mayores posibilidades de curación.
En el tratamiento de estos tumores se sigue un protocolo, es decir un conjunto de normas y pautas (plan de tratamiento), establecidas en base a la experiencia científica que se tiene en el tratamiento de este tumor.
Estos protocolos, que se emplean de forma generalizada en todos los hospitales, recogen las indicaciones o limitaciones del tratamiento en función de los siguientes factores:
- Edad del paciente
- Estado general
- Tipo de tumor
- Localización del tumor
Probablemente, el médico también tendrá en cuenta si además del tumor de SNC existen otras enfermedades importantes que puedan dificultar la realización de algún tratamiento específico.
Por tanto, el tratamiento propuesto por el especialista no va a ser el mismo en todos los pacientes.
Los tratamientos más frecuentemente empleados son la cirugía, la radioterapia y en algunos casos la quimioterapia.
Cirugía
La cirugía es el tratamiento de elección para los tumores del SNC accesibles, es decir que pueden ser extirpados sin causar un daño neurológico importante.
El objetivo fundamental de la cirugía es la extirpación de todo el tejido tumoral visible, sin embargo, una extirpación parcial del mismo (cirugía reductora) puede ser beneficioso para el paciente, ya que disminuyen los síntomas provocados por el aumento de la presión intracraneal, mejora la calidad de vida del paciente y reduce el volumen tumoral para tratamientos posteriores.
La cirugía también es útil para establecer el diagnóstico, mediante la obtención de una muestra del tejido tumoral (biopsia) y su posterior análisis al microscopio. La realización de una biopsia (es decir sin extirpar el tumor) sólo se realiza cuando el tumor es inoperable, ya que siempre que sea posible se debe llevar a cabo una extirpación del mismo.
La mayoría de los tumores benignos del SNC se tratan con cirugía exclusiva, mientras que los tumores malignos necesitan tratamiento adicional generalmente con radioterapia.
Si un tumor no ha podido ser extirpado en su totalidad, o existe sospecha de que hayan podido quedar células tumorales en la zona de la intervención, es necesario administrar radioterapia complementaria a la cirugía.
Cuando un tumor es inoperable, el tratamiento principal se realiza con radioterapia acompañada o no de quimioterapia.
Radioterapia
En los tumores cerebrales, la radioterapia está indicada tras la cirugía con el fin de eliminar las células o el resto de tumor que haya podido quedar tras la intervención; o cuando un tumor no se puede operar, bien por su inaccesibilidad o bien porque es inoperable, como ocurre con las metástasis cerebrales.
Según la finalidad con que se emplee, la radioterapia puede ser curativa o paliativa para aliviar síntomas provocados por el tumor.
Radioterapia Esterotáxica Fraccionada
Es una modalidad de radioterapia que se administra con aceleradores lineales adaptados para este tratamiento y consiste en la administración de una alta dosis de radiación en la zona del tumor (previamente localizada mediante un TC o una resonancia Magnética) a lo largo de varias sesiones.
Para tratar esta zona se emplean múltiples campos o arcos (el brazo del acelerador lineal se mueve durante el tratamiento), con la finalidad de proporcionar altas dosis de radiación a la zona del tumor evitando la irradiación innecesaria en los tejidos sanos circundantes. Para ello es necesario sistemas de inmovilización del paciente muy precisos (guía).
Es una técnica no invasiva, no dolorosa y no requiere hospitalización del paciente.
Radiocirugía
La radiocirugía consiste en la aplicación de una dosis única de radiación de alta energía al tumor.
Aunque se denomina radiocirugía no implica ninguna intervención quirúrgica, es decir, no se realiza ninguna incisión y se puede administrar en régimen ambulatorio. Con esta técnica se evitan las complicaciones, la hospitalización y el tiempo de recuperación asociado con la cirugía craneal convencional.
La radiocirugía permite irradiar un tumor cerebral con gran precisión. Este tratamiento es posible gracias al uso de un marco estereotáxico o guía esterotáxica, mínimamente invasivo que mantiene al paciente perfectamente posicionado. El marco estereotáxico es un anillo metálico que forma un círculo alrededor de la cabeza y se fija a los huesos del cráneo.
Esta técnica minimiza la radiación del tejido cerebral sano, y protege los órganos vecinos.
El procedimiento no es doloroso, y ayuda a evitar largos períodos de hospitalización o rehabilitación y manteniéndose el paciente despierto durante todo el tratamiento. Se puede recibir el tratamiento por la mañana y regresar a la rutina habitual por la tarde.